Hace unos años hice una residencia en las montañas rocallosas de Canadá, estando allá me llamó la atención una regla que dice que no se puede tomar nada del bosque ya que todos sus componentes tienen un alto valor económico y espiritual. A partir de esta prohibición decidí hacer mis propias muestras, copias artificiales de elementos que encontraba en las montañas, musgo, nubes, piedras de río, y empecé a hacer las primeras fotos de esta serie de paisajes que captura los lugares de donde se toman pequeñas copias tejidas. Más adelante viajé a Islandia, un país que con sus hermosos paisajes, su escasa población y su fuerte cultura del tejido, resultó ser el destino perfecto para continuar este trabajo, mismo que sigo desarrollando hasta la fecha. La serie es una exploración de nuestra relación con lo natural a partir de lo artificial. Una reflexión sobre el paisaje como construcción humana y la relación entre el fotógrafo, el coleccionista y la cultura de la preservación.