A Tijuana, en Baja California llegaron desde mediados del 2016 más de 6 mil haitianos, una ola migratoria inesperada. Para ellos se improvisaron albergues en los que la espera por una cita para solicitar asilo a los Estados Unidos resultó interminable. Mientras eso sucedía, la comunidad haitiana intentaba en el encierro, construirse una nueva cotidianidad.