En 2015 viajé a México para realizar un proyecto sobre religiones y creencias. Mi objetivo era hacer un registro documental del sincretismo mexicano, la fusión entre la religión católica y la cultura prehispánica. En el medio del proceso, una mujer dijo haber hablado con mi madre, quien falleció hace 10 años, describiéndola tal cual era.
Yo atea y descreída, dudé.
Algo cambió a partir de ese encuentro.
El tema que había decidido investigar me invadió, haciéndome cuestionar cuales eran realmente mis creencias. El proyecto se convirtió en un cuaderno de apuntes en donde transcribo mi confusión, imágenes que buscan nombrar aquello que no tiene palabra, la búsqueda de una respuesta que nunca llegará.