Los dark rooms o lugares de encuentro para sexo casual entre hombres, sirven de escenario para la realización de la serie The Dark Book. Sordidez, ambigüedad y anonimato son premisas básicas para la construcción de estas imágenes fotográficas, cuyo contexto transita de la promiscuidad al amor frustrado, de la soledad a la colectividad amorfa y del laberinto al peligro inminente. La oscuridad funciona aquí como catalizador del deseo, expresado como la persecución reiterativa de la carne. Estas fotografías son imágenes atemporales de una Ciudad de México latente.